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miércoles, mayo 06, 2020

Upper Side Down (USD)

Otra forma de montar moscas

Imaginaos una gran tabla de aguas lentas a finales de temporada… pongamos que es el mes de octubre y en el rio Tormes.

Después de hacer garita durante un tiempo indeterminado, vemos que bajan arrastradas por la corriente imperceptible, unas efemerillas que activan a las truchas que se ponen rítmicamente y con glotonería a cebarse, lo que hace que, automáticamente, lancemos la mosca que más se asemeja a lo que estamos viendo y, que para nuestra desesperación, esta excelsa imitación, es una y otra vez ignorada. Mientras, las protagonistas de nuestros desvelos, se siguen cebando alrededor con fruición y, lo que es más grave aún, con autentico descaro y chulería.
En esa tesitura, tiramos de manual y alargamos el bajo de línea ya que debe de existir algún microdragado imperceptible que hace que, esas malditas truchas, se percaten del engaño. Puestos a ello, no solo alargamos el bajo si no que también, disminuimos unas centésimas el tipped por aquello de que tal vez estén viendo el nylon atado a la mosca y, ya que estamos, bajamos la numeración del anzuelo de nuestra imitación.
Volvemos a intentarlo, lance preciso, posada delicada, presentación perfecta, deriva de manual y…. NADA!!!!
Siguen comiendo como si tal cosa y nuestra mosca es como si no existiera, como si un manto de invisibilidad la cubriera, que digo un manto como si un agujero negro la hubiera engullido y no fuera perceptible por las truchas que, rítmicamente, sacaban sus cabezas descaradamente para engullir lo que bajaba arrastrado por la corriente.
Espoleado por el bolo que llevas y más si tenemos en cuenta, que eres el único de la cuadrilla que hoy no se ha comido un saci, empiezas a jurar en los idiomas mas insospechados diciendo, entre otras cosas: “estas truchas están muy pescadas”, “estas truchas saben latín”, “me voy a comer un bolo y hasta la próxima temporada no me lo voy a quitar”, “ya veras el cachondeo, doscientos kilómetros de vuelta en coche y la cuadrilla dándome la turra”… cuando una voz, en tu interior, te pregunta: ¿has cambiado el patrón de tu mosca?.
En ese momento, el tiempo parece detenerse como en Matrix, nerviosamente buscas en el chaleco la caja de las moscas “por si acaso” que casi todos llevamos y que casi nunca utilizamos. La abres y sacas uno de los montajes en USD que mas se parece a las efemerillas antes mencionadas y que llevas arrastrando temporada tras temporada desde que, en uno de tus viajes, a Estados Unidos, la compraste en una pequeña tienda de pesca en un pueblo de Colorado perdido en las Montañas Rocosas llamado Breckenritge.
Atas la mosca al tipped y vuelves a intentarlo, lance preciso, posada delicada, presentación perfecta, deriva de manual y…
Las USD o, como nosotros las llamamos, montajes invertidos pueden ser una alternativa en aquellos escenarios donde las truchas están muy pescadas y un cambio en el patrón del montaje puede ayudar a que tomen nuestro engaño con mayor probabilidad.


Pero no hace falta irse tan lejos para poder disponer de media docena de modelos en nuestras cajas.
Solo se necesitan los siguientes materiales:
Anzuelo: GRIP 14723 BL # 14
Seda de montaje: marrón oscuro 16/0
Cercos: microfibbets olive
Cuerpo: Güterman 815
Brinca: amarillo huevo
Tórax: dubbing marron
Alas: Para Post Wing gris claro (puede hacerse también con CDC)
Hackle: grissly
Poste: Una goma
Colocamos el anzuelo en el torno y llevamos a seda de montaje hasta donde empieza la curvatura del anzuelo.


Se recoloca el anzuelo en el torno tal como esta en la imagen y se añaden, por este orden, los cercos, la brinca y la seda que conformará el cuerpo de la mosca.




Se vuelve a colocar el anzuelo en la posición original y se conforma el abdomen y a continuación la brinca teniendo la precaución de enrollar esta en el sentido contrario al que se enrolló la seda del cuerpo de la mosca.



Se ata la goma y con la seda de montaje se hace el vástago donde luego insertaremos el hackle tal como si hiciéramos un montaje en parachute.




Rotamos el torno y en la parte opuesta añadimos el para post wing y con la seda de montaje conformamos las alas de la mosca.



Aplicamos el dubbing y formamos el tórax de la mosca y pasándolo entre las alas para que estas queden en la posición deseada, tal como se muestra en las imágenes de abajo.



Rotamos el torno, otra vez, y enrollamos el Hackle al poste de goma para conformar las patas de la mosca que hará que se sustente en el agua, yo personalmente doy entre 5 y 6 vueltas para asegurarme que es lo suficientemente consistente.


Cortamos el sobrante del hackle, la goma y ajustamos el corte de las alas a la longitud de la tija del anzuelo tan como manda la tradición del montaje y mosca finalizada.




Este patrón puede adaptarse a cualquier mosca que os guste montar en el numero de anzuelo que consideréis, personalmente llego a montarlas hasta en un 18 mas allá no me he visto capaz. Ello no quiere decir que existan virtuosos del montaje que lo hagan y con mucha mas maña y maestría que yo, cosa, por cierto, nada difícil.
Para aquellos que tengan curiosidad por saber cómo acabo el lance que al principio os contaba, solo deciros que, en la pesca con mosca, como todos sabéis, unas veces se gana y otras se pierde así es que os dejo el desenlace a vuestra imaginación ;-). Si siempre supiéramos lo que va a ocurrir cuando salimos al rio a pescar de seguro que muchos nos dedicaríamos a otra cosa ya que se perdería el principio de incertidumbre que hace a esta afición tan hermosa como polarizante.
Puedes ir mil veces al mismo tramo del mismo rio y te encontraras mil ríos diferentes.
Cuidaros y no olvidéis lo que diría el Hermano Lobo a la pregunta que todos, a estas alturas nos hacemos: ¿Cuándo podremos ir a pescar?... el mes que viene si Dios quiere.
En Leganés a 26 de abril del 2020
Francisco Armero

domingo, septiembre 22, 2013

Rio Jarama

Este rio lo pesque por primera y única vez el día 2 de mayo del año 2002 y si me recuerdo tan bien de la fecha es por que el bolo fue clamoroso, no vi volar nada y ver no se vio ni un mísero barbo. Como prodréis comprender mi fe en este escenario no era precisamente la mas predispuesta para aventurar que tendríamos un buen día de pesca.

Aquí Mario fue taxativo, "Paco no me extraña que no tuvieras éxito cuanto fuiste al Jarama, la época no era la mas propicia, ten en cuenta que es un río tardío y hasta junio no empieza a despertarse, ya veras realmente vas a disfrutar, hemos cogido el momento ideal para este río".

Con esta promesa de redención sobre mi maltrecha fe en el Jarama, no encaminos, un soleado sábado de junio, a recorrer las riberas de este precioso rio encajonado entre montañas de pizarra y granito.






El rio bajaba perfecto con un agua cristalina y con un caudal en su justa medida que permitia el andar por el sin poner en peligro la integridad tanto física como moral del pescador ante una caida inesperada y mas yendo acompañado con el peligro que ello supone de ser fotografiado y ver que, su humedo trance con la carita que a todos se nos queda, es compartido a todo el mundo via internet, sin contar con las risas y el cachondeito consiguiente, eso si, despues de haberte ayudado, diligentemente, a levantarte y recomponer tu maltrecha dignidad :-)



Nada mas apostarnos en su orilla, vimos a unos enormes barbos que estaban, en un remanso, sesteando después de haber remontado desde el pantano que hay mas abajo ya que nos encontramos en plenas nupcias barbiles. Que duda cabe que, ante el tamaño de los bigotudos, intentamos tentarles con nuestras moscas pero, ni por arriba ni arrastrando pesadas ninfas por el fondo pedregoso conseguimos interesar a esos poderosos peces.



Visto que el día no iba de barbos y ya mas calmados, fuimos a lo que mas nos gusta; tentar a maese trucha.




Y acontenció que el día fue tal como Mario nos relató, las capturas de truchas, aunque de tamaño contenido, con una librea magnifica no pararon de efectuarse en todo la jornada, unas veces a seca a un tricóptero de pelo de ciervo otras a la ninfa que acompañaba al tándem con el pescaba. Sinceramente ya no me acuerdo de cuantas fueron, eso, realmente es lo de menos, lo que si me quedo grabado en la memoria es que el Jarama es un río lleno de vida con unas truchas magnificas y que, a pesar de que en este día fueron generosas y dieron la cara, son francamente difíciles de engañar.



Gracias Mario por devolverme la fe en este rio

Rio Dulce

Se abre la temporada, después de un largo invierno velando las cañas y montando moscas como un poseso, por fin ha llegado el momento de volver

El camino hasta el río fue una animada charla con Mario y Paco rememorando anécdotas de la pasada temporada así como comentarios sobre nuevos montajes, en suma se podía palpar la ansiedad en el ambiente para llegar por fin al destino y empezar a remojar nuestras moscas.



El Dulce nos espera con su mejor cara este domingo de abril con un día soleado, nos apresuramos a montar las cañas y nos lanzamos con ellas en ristre a la busca de la primera captura de la temporada.




La mañana fue bastante generosa, aunque al principio costo que el río diera su brazo a torcer, finalmente fue dando nos sus pequeñas, aunque luchadoras, truchas. Todas ellas fueron cayendo atraídas por una ninfa de oreja de liebre y cola de faisán con cabeza dorada del 14 puesta en tándem con una Royal que hacia de indicador.

Tras un agradable paréntesis donde compartimos la comida que cada uno trajimos y donde nos fuimos comentando los diferentes lances que cada uno tuvo en su jornada matutina particular, decidimos probar suerte río arriba.



La tarde empezó con las mismas perspectivas que la mañana aunque ya se empezó a ver algún que otro tricóptero  sobrevolando las aguas del río, no obstante la actividad de las truchas en superficie seguía siendo nula, todo ello aderezado por un viento molesto que de tanto en vez soplaba y hacia que los lances fueran difíciles de ejecutar. A pesar de todo Mario, con una fe inquebrantable, puso al final de su bajo un tricóptero que le permitió, no sin grandes dosis de insistencia, conseguir las únicas capturas a seca de la jornada.




El río Dulce, ya nos es lo que en tiempos fue, no obstante generalmente se muestra generoso y aunque sus truchas son pequeñas, que lejos quedan aquellas truchas quileras que hacían de este río uno de los destinos mas buscados por los mosqueros, no dejan de ser un regalo que el río te da a poco que lo sepas escuchar.


En resumen un gran día en agradable compañía con Mario y Paco.

viernes, marzo 29, 2013

Rio Tormes


"Chicos, menos de un 14 no me atrevería a poner como bajo en este coto... Los pepinos que tiene en su interior son de impresión y yo no me la juego ya que puedes perder el truchón de tu vida como no estés bien preparado". De esta manera nos iba poniendo Paco en antecedentes sobre lo que nos podíamos encontrar en esta parte del Tormes.




En verdad, tengo que reconocer, las ganas que tenía de conocer este río tanto por sus truchas, famosas por su librea tan especial, como por la fisonomía del propio escenario, un río de llanura anchísimo y que, a priori, representaba para mi el reto de iniciarme en esta clase de escenarios teniendo en cuenta que mis experiencias se centraban en ríos no mas anchos de 15 o 20 metros. De echo tantas ganas e incertidumbre tenía que, por primera vez en bastantes años, deje mi caña de toda la vida (una 8,4 pies linea 3) a un lado para estrenar una larguísima, para mi, caña de 10 pies línea 4 que me regalaron unas Navidades y hasta ese día aun no había estrenado.



Y llego el gran día, el Tormes nos estaba esperando perfecto de agua y con unos tricopteros volando que hacían que alguna que otra cebada se viera en la inmensidad de este río. Ante tamaña visión, como bien podéis colegir, el ponernos los waters, montar las cañas y salir para el río fue realizado en un abrir y cerrar de ojos.



No hubo mucho que esperar para que Mario cogiera la primera señora del Tormes, aunque no pudo hacerse la foto de rigor ya que al llevarla a la mano esta finalmente se soltó. A partir de ahí el río paro en su actividad y empezamos a pescar al agua en posturas claras y muy sugerentes teniendo en mas de un momento ataques a nuestras secas pero que no se concretaban en nada ya que rechazaban en el ultimo suspiro, así pasamos toda la mañana contabilizando una serie enorme de rechazos y eso que les pasamos a las truchas casi todo nuestro arsenal pero estaba visto que, aunque en principio les llamaba la atención y hacían la intención de entrar, no conseguimos dar con la mosca adecuada.



Tras el paréntesis de la comida volvimos con ansias renovadas esperando ver el tan esperado baile de las señoritas de Tormes en busca de esa emergencia que ha hecho tan famoso a este río, tras esperar infructuosamente que esto se produjera empezamos a buscarlas por abajo y después de mucho bregar y repasar posturas tentadoras finalmente pudimos coger y fotografiar a otra de las truchas de este río.



En resumen, a pesar que el resultado fue parco en capturas, dos entre cuatro pescadores que estábamos allí, las sensaciones que nos dejo a todos el Tormes es la de un río con un potencial enorme y que, si aciertas con el día que sus truchas están por la labor, puedes tener la jornada de tu vida pescando a seca.